Epitafio por muerte de la Sociedad Dominicana

4

La sociedad actual, la de hoy, parece haber perdido su rumbo, no porque haya abandonado las valiosas costumbres de nuestros ancestros, sino debido a la actitud desmedida de la juventud, que parece no preocuparse por nada ni por nadie, aferrándose a la idea de vivir el presente sin considerar las consecuencias futuras. Este pretexto se ha convertido en una excusa para comportarse de manera inhumana, desinteresada, insolidaria e incluso irracional. Algunos atribuyen esta crisis a la cuarentena impuesta por la pandemia de COVID-19, otros culpan a la educación, otros al implacable liberalismo, y algunos al libertinaje descontrolado.

Puede que todos tengan algo de razón y, a la vez, ninguno la tenga del todo. Pero mientras debatimos sobre las causas, estamos escribiendo el epitafio que será colocado en el mausoleo que albergará los restos espirituales de la sociedad dominicana.

La verdadera valía social no reside en realizar críticas infundadas a los jóvenes, a los políticos o incluso a nosotros mismos. El valor social se alcanzará al aplicar un espíritu crítico con la máxima fundamentación posible, con el propósito de elevar el nivel científico, educativo y filosófico de los dominicanos.

La sociedad del buen corazón ha sufrido un infarto fulminante, llevándose consigo muchas esperanzas y dejándonos con un dolor inmenso. Pero, no perdemos la esperanza de que pueda renacer de sus cenizas, como el ave fénix.

Nos han vendido cambios, transformaciones y maravillas extraterrenales, pero también nos han proporcionado el motivo para escribir el epitafio que quedará grabado en la lápida de la sociedad. Esta estará llena de arte y será muy atractiva, para que los zombis que visitarán en el futuro la tumba puedan apreciar lo bello que era la sociedad.

Se nos ampollarán los dedos escribiendo las cualidades positivas que resaltaremos de la sociedad dominicana antes de su muerte: el sabor amoroso de su gente, el gozo interno de sus pueblos, la creatividad, sus diversos cultos religiosos y, sobre todo, su solidaridad. Las nuevas generaciones han hecho que los entes sociales pierdan esas cualidades.

¿Qué pasará con nosotros cuando llegamos a agotar el tiempo que el espíritu ofrece a la carne? La sociedad estaba enferma antes de la pandemia. Los ciudadanos dominicanos al parecer no soportaron el encierro, experimentar la sensación de estar encarcelados, ver personas sanas morir justa o injustificadamente. Estos ocasiono que los simples mortales quieran vivir al máximo, como si pudieran morir mañana y sin importarles las consecuencias sociales que pueda causar esta forma desmedida de querer limitar la permanencia en este espacio terrenal al futuro inmediato.

Murió en la ciudad de Santo Domingo, la sociedad. Sus familiares, la buena costumbre, la cultura, el respeto, la interdependencia, la solidaridad, el amor al prójimo, y la educación desean que los dioses den el descanso eterno y que brille en esta la luz perpetua.

4 pensamientos sobre “Epitafio por muerte de la Sociedad Dominicana

  1. Bien, me sorprendes, ademas de buen atleta tienes dotes para conducir la humanidad via tus consejos y reflexiones.

  2. Mis felicitaciones, muy buen análisis sobre las pérdidas y consecuencias que dejo la pandemia en nuestra sociedad, visto desde la perspectiva de un joven que puede representar parte de los valores que enuncia en este epitafio.

  3. Muy buena redacción, excelente interpretación escrita en acorde con el pensamiento de la sociedad de hoy en día

  4. Muy buena redacción, excelente interpretación escrita, acorde con el pensamiento de la sociedad de hoy en día

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *